Confort térmico: cómo contribuyen las pinturas térmicas a aislar del frío y el calor

La pandemia ha contribuido a cambiar la percepción del entorno vital. Transformar el hogar y el espacio de trabajo en un nuevo entorno más saludable, sin renunciar al confort, no es trivial. De hecho, el mundo de las pinturas térmicas no es tan sencillo y, muchas veces, resulta difícil orientarse entre las miles de soluciones del mercado.

Así que vamos a averiguar qué es la pintura térmica y por qué es la elección que no sólo es buena para el hogar, sino que también es una inversión (dado su mayor coste en comparación con las pinturas decorativas normales) para ahorrar energía y reducir los costes de calefacción y refrigeración en los espacios vitales.

La pintura térmica por sí sola no puede actuar como aislante térmico. Pensar que unos pocos milímetros de espesor bastan para proporcionar un aislamiento térmico adecuado es un error. Sin embargo, la pintura térmica desempeña un papel importante en la contribución al aislamiento térmico, especialmente en términos de percepción. No sólo contribuye a bajar o subir (según la estación) la temperatura de la superficie donde ya hay aislamiento térmico, sino también y sobre todo en términos de percepción. En efecto, al tocar la pared, se observa que está más cerca de la temperatura del ambiente interior que del ambiente exterior del que se quiere aislar.