La importancia del aislamiento acústico en las bibliotecas

El aislamiento acústico y la insonorización son cruciales en las bibliotecas. De hecho, perdemos la concentración cada ocho segundos de media: la distracción es ya un modo de vida, el entretenimiento perpetuo un hábito. Incluso algunos experimentan el silencio como una anomalía; en lugar de apreciarlo, nos sentimos incómodos. Sin embargo, hay lugares donde el silencio religioso es necesario y obligatorio. Para contribuir a la mejora de la calidad del bienestar acústico en las bibliotecas, es necesario realizar una serie de intervenciones, no sólo en la estructura sino también en su contexto. Para garantizar los requisitos de insonorización en bibliotecas y edificios escolares, desde el diseño preliminar deben preverse estrategias e intervenciones destinadas a reducir la propagación de las ondas sonoras (ruido) dentro de cada sala. Esto también es posible mediante un buen aislamiento acústico, así como el control del ruido procedente de fuentes internas (instalaciones) y una reverberación óptima.

El apantallamiento en el entorno de los edificios es una de las estrategias posibles para contrarrestar la propagación del ruido exterior al interior. En los casos más críticos, también es posible instalar barreras acústicas o elementos espaciales y arquitectónicos que puedan actuar como barreras acústicas. Cabe destacar que las barreras acústicas son eficaces para reducir el ruido a frecuencias medias-altas, más que a frecuencias bajas. Por eso es necesario actuar no sólo externamente, sino también y sobre todo internamente, aplicando en paredes, techos y suelos materiales aptos para la mejora acústica. Teniendo esto en cuenta, los materiales que tradicionalmente se utilizan para garantizar los estándares de bienestar acústico tienen las siguientes características físicas:

• deben ser muy porosos: las cavidades en el interior del material, al atrapar el aire y volverlo estático, permiten una capacidad acústica eficaz;
• debe ser rugosa/arenosa: cuanto más rugosa es la superficie, más difícil es la propagación de las ondas sonoras; las paredes rugosas/arenosas dificultan la reflexión de retorno de la onda sonora;
• Las materias primas (como el corcho y la piedra pómez) con determinadas cualidades fonoabsorbentes en las mezclas de productos de construcción contribuyen significativamente a la mejora acústica. La piedra pómez, en particular, se caracteriza por una estructura alveolar con poros de distintos tamaños. La estructura alveolar le confiere una gran elasticidad, que se traduce en una excelente trabajabilidad mecánica y absorción de las vibraciones sonoras. Puede utilizarse suelta o mezclada como árido en morteros ligeros para revoques termoaislantes en forjados o soportes intermedios, forjados registrables y cubiertas (Diathonite Acoustix y Diathonite Acoustix⁺). También se utiliza en la producción de biomasa de colocación que mejora considerablemente el aislamiento acústico de los suelos sin alterar su resistencia mecánica (Diathonite Solera y Diathonite Thermostep.047).