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Cuando llega el invierno, encendemos las calefacciones y esperamos disfrutar de un confort habitacional óptimo. Por desgracia, no siempre es así. Las habitaciones orientadas al norte o sometidas a fuertes vientos invernales tienden a ser más frías y más difíciles de calentar, lo que crea incomodidades a sus habitantes. Este problema no sólo afecta a los edificios más antiguos, sino que también puede darse en edificios más nuevos que carezcan de un aislamiento térmico adecuado. De hecho, hay casas que no pueden alcanzar la temperatura óptima porque no están bien aisladas.

La dispersión del calor generado por los sistemas de calefacción hace que el confort en el interior de estas habitaciones disminuya considerablemente. Las paredes están siempre frías, la temperatura del interior de la casa no sube y se gasta mucho gas y electricidad para conseguir algo de calor. Esto tiene un gran impacto tanto en el medio ambiente como en el bolsillo del propietario.

Además, el encuentro de aire caliente en el interior y aire frío en el exterior provoca condensación, que se deposita en las paredes formando moho. Examinemos, pues, algunas soluciones prácticas para tratar y aislar las paredes interiores frías y húmedas.

Aislamiento térmico exterior: ¿sí o no?

La opción más habitual para resolver el problema de aislar las paredes interiores del frío y la humedad es instalar un sistema de aislamiento térmico en las paredes. Esta intervención puede realizarse en el interior del edificio, mediante paneles aislantes que se instalan directamente sobre la superficie interna de las paredes.

Es bien sabido que el coste de un sistema de aislamiento térmico para paredes es muy elevado, a pesar de las ventajas que ofrece actualmente este tipo de intervención. Para reducir costes, es posible centrarse en zonas concretas de la casa en lugar de hacer una intervención completa. Por ejemplo, las cocinas tienden a retener mejor el calor que los dormitorios o los salones.

Sin embargo, esta solución no siempre es factible, sobre todo en habitaciones pequeñas donde la instalación de un sistema de aislamiento térmico en las paredes podría comprometer el espacio habitable disponible. Sin recurrir a los sistemas de aislamiento térmico para paredes, es posible mejorar el rendimiento energético de las paredes utilizando el revoque fino térmico o una pintura interior anticondensación.

La mejor pintura anticondensación para paredes frías o mal aisladas

Con el advenimiento de la bioconstrucción y el creciente interés por los materiales sostenibles, la búsqueda de soluciones que combinen altas prestaciones térmicas con estética y elegancia se ha convertido en una prioridad para muchos diseñadores y propietarios. En Diasen, buscamos constantemente soluciones sostenibles para mejorar el confort habitacional respetando el medio ambiente.

Adoptamos el concepto de bioconstrucción, que promueve el uso de materiales naturales con bajo impacto ambiental, contribuyendo así a crear espacios sanos y respetuosos con el medio ambiente. De hecho, uno de los materiales que más utilizamos es el corcho, un material versátil y efectivo. Ligero, flexible y completamente natural, el aislamiento de corcho se presta perfectamente a múltiples aplicaciones, incluida la pintura térmica.

Y no sólo eso. En algunos de nuestros productos también utilizamos látex, un material que se extrae de plantas especiales, con métodos sostenibles que no dañan la vegetación. Descubra nuestra pintura anticondensación para superficies frías y mal aisladas, a base de látex natural.

Cómo es y cómo funciona la pintura anticondensación

La pintura anticondensación es una solución innovadora e imprescindible para preservar la salubridad de los espacios habitables combatiendo eficazmente el problema de la condensación y la formación de moho en las paredes. Fabricada con un revestimiento blanco a base de látex y polvos minerales especiales, nuestra pintura CWC Stop Condense mantiene las superficies más calientes, eliminando el riesgo de puentes térmicos.

El secreto de esta pintura reside en sus propiedades aislantes, que permiten alcanzar una diferencia de temperatura de hasta +5 °C en comparación con las pinturas normales. Este valor decisivo impide que la humedad del aire se condense en la pared, incluso en habitaciones con hasta un 90% de humedad relativa. ¿Cuál es el resultado? Se evita permanentemente la formación de condensación y, en consecuencia, de moho, lo que garantiza un ambiente más sano y confortable.

Pero, ¿cómo funciona realmente esta pintura anticondensación? La aplicación es muy sencilla y puede ser realizada por cualquier persona. Puede aplicarse con rodillo, brocha o sistema airless, garantizando una adherencia óptima a las superficies. Una vez aplicada, la pintura anticondensación se seca rápidamente en sólo 6 horas, haciendo que los recintos puedan habitarse en poco tiempo.

Este producto se comercializa en prácticos cubos de plástico de 5 o 14 litros, que proporcionan un almacenamiento cómodo y seguro. El rendimiento de la pintura anticondensación es de aproximadamente 0,50 litro por metro cuadrado, lo que garantiza el ahorro sin comprometer su eficacia.

Además, esta solución destaca por ser ecológica y segura para la salud. Por ser un producto monocomponente, sin disolventes ni componentes tóxicos, garantiza un entorno habitable sano y respetuoso con el medio ambiente. Su transpirabilidad, evaluada en grado 8, permite que las paredes respiren, contribuyendo aún más al bienestar de los habitantes.

El poder del látex natural

La pintura anticondensación debe gran parte de su eficacia al látex natural. Este componente actúa como un eficaz aislante térmico, reduciendo la conductividad térmica de las paredes revestidas e impidiendo la transmisión de calor. Esta característica ayuda a mantener más calientes las superficies tratadas, reduciendo el riesgo de condensación y la formación de moho, especialmente en ambientes con grandes variaciones de temperatura.

El látex natural tiene la capacidad de sellar los pasos de aire, creando una barrera protectora que reduce significativamente la pérdida de calor y la infiltración de humedad desde el exterior.

Desde el punto de vista de la sostenibilidad, el látex natural es una elección ecológica y responsable. Obtenido a partir del cultivo y procesamiento de la planta del caucho, el látex es un material renovable y biodegradable, lo que lo convierte en un recurso con un bajo impacto medioambiental. Además, su producción genera menos emisiones de gases de efecto invernadero que la de los materiales sintéticos, contribuyendo así a reducir el impacto medioambiental de todo el ciclo de vida del producto.

Si su hogar suele ser frío y le cuesta alcanzar una temperatura óptima, anímese a conocer CWC Stop Condense. Todas las características de este formidable producto están disponibles en la página web de Diasen.