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En una época en la que confluyen una visión antropocéntrica y otra ecocéntrica, es esencial considerar tanto las necesidades de los propietarios de edificios como su impacto ambiental. Por ello, las empresas constructoras están experimentando nuevas soluciones y materiales para que el sector sea más sostenible y, al mismo tiempo, ofrezca la máxima habitabilidad.

El aislamiento térmico es una de las características más importantes de un edificio y la respuesta a diversas necesidades de confort y sostenibilidad, ya que permite mantener una temperatura agradable en el interior durante todo el año, al tiempo que reduce los costes de calefacción y refrigeración. Un buen aislamiento térmico también puede ayudar a reducir las emisiones de CO2 al medio ambiente, haciendo que los edificios sean más sostenibles.

¿Cuáles son los materiales innovadores para conseguir un aislamiento térmico eficaz y sostenible? Descubrámoslo en este nuevo artículo de Diasen, una empresa que lleva décadas trabajando para mejorar el confort de las personas, con soluciones que no sólo son eficaces, sino también muy económicas.

 

¿Cómo realizar el aislamiento térmico del hogar?

Aunque en las prácticas de aislamiento de viviendas y edificios nos centramos principalmente en las paredes, éste no es el enfoque más correcto para conseguir resultados excelentes.

La elección de qué elemento del edificio aislar depende de las necesidades y condiciones específicas del edificio. Sin embargo, el aislamiento térmico interior del techo es una de las formas más eficaces de reducir el consumo energético de una casa. De hecho, el techo es la parte del edificio por la que más calor se pierde.

Aislar el techo puede suponer una reducción significativa de los costes energéticos, ya que la intervención reduce la cantidad de calor que es necesario producir para mantener la temperatura interior a un nivel confortable. Además, el aislamiento del techo puede evitar la formación de condensación y humedad en el interior del edificio, lo que puede provocar la formación de moho y la degradación de las estructuras.

Sin embargo, los suelos también pueden aislarse térmicamente, lo que puede ayudar a reducir los costes de calefacción en invierno y de refrigeración en verano.

En cualquier caso, es importante evaluar cuidadosamente las necesidades específicas del edificio, como la ubicación geográfica, el clima, la estructura del edificio, el tipo de sistema de calefacción y refrigeración utilizado y las preferencias personales del propietario, para elegir el tipo de aislamiento más adecuado y lograr los mejores resultados en términos de eficiencia energética y confort interior.

 

Los mejores materiales innovadores y sostenibles para aislar una vivienda

En los últimos años, la atención prestada a la eficiencia energética y la sostenibilidad ha llevado al desarrollo de nuevos materiales innovadores para el aislamiento térmico. Estos materiales están diseñados para ofrecer una combinación de alto rendimiento térmico, durabilidad, seguridad y sostenibilidad medioambiental.

El primero del que queremos hablar es la piedra pómez, una roca muy porosa con casi un 90% de contenido en aire, lo que la convierte en la única piedra que puede flotar. Su mezcla de resistencia y ligereza mejora el rendimiento de los biomorteros Diasen, a los que aporta resistencia a las tensiones externas y a la absorción de humedad.

Entre los materiales disponibles de forma natural se encuentra la perlita, una roca porosa que retiene el agua y destaca como aislante térmico muy utilizado por sus propiedades de baja conductividad térmica, ligereza, resistencia al fuego y a la corrosión. Se compone de silicatos volcánicos expandidos, obtenidos por calentamiento del material natural a altas temperaturas. Reducido a gránulos y sometido a calentamiento, genera esferas vítreas que le dan sus propiedades de ligereza, transpirabilidad, inercia química y resistencia al fuego.

El silicio amorfo expandido es un material natural que, en su forma amorfa, posee una estructura caótica. Al expandirse, encapsula el aire y genera esferas ultraligeras que aportan propiedades aislantes y estabilidad en el tiempo.

La tierra de diatomeas es un material de origen fósil con una gran porosidad que le permite absorber líquidos hasta una vez y media su peso. Ennoblece la formulación de biomorteros por su ligereza, alta absorbencia y elevada porosidad.

Las fibras de celulosa se obtienen a partir de papel reciclado y tienden a dispersarse en la matriz interna donde contribuyen a la formación de un agregado homogéneo que resiste la contracción y a las microfisuras. Esto garantiza su estabilidad y elasticidad.

 

El corcho, el mejor aislante térmico

En Diasen utilizamos grandes cantidades de corcho para ofrecer a nuestros clientes soluciones eficaces de aislamiento térmico.

El corcho está compuesto por una estructura de panal, lo que lo convierte en un material muy ligero y altamente aislante. El aire del interior de las células de corcho actúa como aislante térmico natural, reduciendo la conducción del calor. Por eso lo utilizamos en nuestros biomorteros y pinturas aislantes.

Además, el corcho tiene una baja conductividad térmica, lo que significa que conduce el calor muy lentamente. Esto lo hace muy eficaz en el aislamiento térmico, ya que puede reducir significativamente la cantidad de calor que se transfiere a través de paredes, techos y suelos.

El corcho es resistente a la humedad, lo que significa que no se deteriora fácilmente cuando se expone al agua o a la humedad. Esta propiedad lo convierte en una excelente opción para el aislamiento de paredes, ya que puede resistir la penetración de la humedad y evitar la formación de moho y hongos.

 

Corcho: sostenibilidad y eficacia

Es la naturaleza la que nos ofrece soluciones de alto rendimiento para vivir mejor dentro de nuestras casas. Bien lo sabían los antiguos romanos, que mezclaban corteza de alcornoque con amalgamas a base de arcilla para aislar térmicamente sus viviendas.

El corcho se considera un material aislante muy sostenible y eficaz para el aislamiento térmico interior de las casas, principalmente porque es fácil de conseguir y tiene un ciclo de vida ecológico.

El corcho se fabrica a partir de la corteza de los alcornoques, que pueden recolectarse cada diez años sin dañar a los árboles. Además, la recolección del corcho ayuda a mantener los bosques de alcornoques y los ecosistemas asociados, protegiendo la biodiversidad y mitigando el cambio climático.

Una vez cosechadas, las cortezas se clasifican y procesan para producir corcho utilizado en diversos productos, como tapones de botellas y aislamiento térmico para edificios. Se utiliza en muchos sectores por su largo ciclo de vida y porque es un material extremadamente resistente y duradero.

Debido a su estructura de panal, el corcho actúa como aislante térmico natural, reduciendo la conducción del calor. Además, el corcho tiene una baja conductividad térmica, lo que significa que conduce el calor muy lentamente. Esto lo hace muy eficaz en el aislamiento térmico, ya que puede reducir significativamente la cantidad de calor que se transfiere a través de paredes, techos y suelos.

El corcho también es resistente a la humedad y no se deteriora fácilmente cuando se expone al agua. Esta propiedad lo convierte en una excelente opción para el aislamiento de paredes, ya que puede resistir la penetración de la humedad y evitar la formación de moho y hongos.

¿Te gustaría comprobar la eficacia y el rendimiento del corcho como aislante térmico para tu casa? No dudes en ponerte en contacto con Diasen y obtén una solución a medida para tu hogar.

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