Hay una realidad preocupante en Italia: en este hermoso país, el 14% de la población vive en casas con problemas estructurales que provocan filtraciones de agua y, por tanto, moho. Además de ser estéticamente desagradable, este problema es muy perjudicial para la salud. La exposición prolongada al moho provoca reacciones alérgicas, incluso graves, y problemas respiratorios que pueden llegar a ser crónicos.
Cuando se recurre a una empresa de eliminación de moho para solucionar el problema en una vivienda, es frecuente que se limpien las zonas afectadas. Esto significa que se retiran los materiales cubiertos de moho, es decir, el revoque, los muebles y las partes estructurales que han sido atacadas. Sin embargo, la intervención suele terminar ahí. El propietario queda satisfecho con el trabajo, paga a la empresa, el moho desaparece y cree que puede volver a vivir tranquilo.
Sin embargo, el problema volverá a producirse, porque no se han tratado las causas que provocaron el moho.
¿Por qué aparece moho en las viviendas?
La aparición de moho puede deberse a varios factores. En general, se desarrolla en habitaciones con humedad relativa alta, poca ventilación y temperaturas moderadas, lo que proporciona un hábitat ideal para el crecimiento de estos microorganismos.
A su vez, una casa se vuelve propensa a la humedad cuando presenta problemas de aislamiento térmico. Un aislamiento inadecuado puede provocar condensación del vapor de agua sobre las superficies más frías, como las paredes y las ventanas, lo que favorece la formación de moho.
Los materiales aislantes de baja calidad o una instalación inadecuada pueden comprometer la eficiencia térmica de un edificio, aumentando los puentes térmicos. Estos puntos débiles de la estructura permiten la transmisión de calor a través del aislamiento, provocando diferencias de temperatura que pueden favorecer la condensación y, en consecuencia, la aparición de moho.
Las grietas o fisuras en la estructura del edificio permiten la entrada de aire húmedo del exterior, aumentando la humedad relativa interior. Esto suele ocurrir sobre todo en edificios antiguos o mal mantenidos.
Si a estos defectos estructurales añadimos los malos hábitos de los residentes, como ventilar mal las habitaciones, utilizar muchos electrodomésticos que producen vapor, tender la ropa dentro de la casa o lavar el piso con mucha agua en las estaciones menos soleadas, es inevitable que tarde o temprano las paredes presenten moho.
Tratamiento antimoho: Los materiales marcan la diferencia
Los materiales utilizados en el aislamiento térmico desempeñan un papel fundamental a la hora de evitar la aparición de moho. Suelen utilizarse fibra de vidrio, lana mineral derivada de escorias industriales o vidrio reciclado, y espumas de poliuretano. Todos estos materiales se han utilizado tradicionalmente para aislar edificios. Son resistentes al agua y al fuego, y no sólo son eficaces, sino también seguros.
También se utilizan dos formas de poliestireno: EPS y XEPS. Es un material impermeable y ofrece una gran resistencia térmica y acústica. Sin embargo, requiere revestimientos ignífugos potencialmente nocivos para la salud y el medio ambiente.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad, estos materiales no figuran precisamente entre los más respetuosos con el medio ambiente. Al contrario, su producción y eliminación tienen efectos nocivos para el entorno, ya que son liberadas sustancias químicas durante su fabricación y no son reciclables. Por otra parte, la fibra de vidrio forma polvo y fragmentos de vidrio cuando se manipula, lo que supone un peligro para los ocupantes.
En los últimos años, se ha empezado a utilizar celulosa fabricada con papel y cartón reciclados. Es un material ecológico e ignífugo, pero puede provocar alergias y son necesarios conocimientos especializados para instalarla.
Materiales ecológicos para el aislamiento de edificios
La industria de la construcción es cada vez más consciente de su impacto en el medio ambiente. Es uno de los sectores más contaminantes del mundo y, dada la crisis climática que afecta al Planeta y la propagación de patologías vinculadas a la dispersión de sustancias químicas y nocivas en el medio ambiente, es el momento adecuado para introducir innovaciones ecológicas en el sector.
En Diasen, por ejemplo, fabricamos productos aislantes a base de corcho, uno de los materiales de construcción más funcionales y ecológicos. En primer lugar, es un recurso renovable, ya que se obtiene de la corteza de los alcornoques sin dañarlos. Además, el proceso de producción del corcho tiene un bajo impacto ambiental y utiliza técnicas sostenibles. El corcho también es biodegradable y puede reciclarse, lo que reduce el impacto medioambiental al final de su ciclo de vida.
El corcho es un aislante térmico muy efectivo debido a su estructura celular única formada por pequeñas cavidades que atrapan el aire. Esta estructura impide que el calor atraviese el material, proporcionando una alta resistencia térmica. Además, el corcho es capaz de mantener una temperatura interior constante, reduciendo la pérdida de calor durante el invierno y manteniendo una temperatura agradable durante el verano.
Estas características también lo vuelven eficaz contra el moho. Su estructura porosa le permite regular la humedad ambiente absorbiendo y liberando el exceso de agua, manteniendo así un interior más seco y reduciendo el riesgo de condensación en las superficies. El corcho es altamente higiénico y no permite la proliferación de hongos, ya que no proporciona un sustrato favorable para su reproducción.
Los productos Diasen a base de corcho que proporcionan un aislamiento térmico eficaz y evitan la formación de moho
Con más de 25 años de experiencia en la producción de revoques premezclados para aislamiento térmico y acústico, deshumidificación y rehabilitación, en Diasen hemos desarrollado una serie de productos respetuosos con el medio ambiente que permiten al sector de la construcción reducir su impacto medioambiental al tiempo que ofrecen resultados óptimos para los residentes.
Diathonite, por ejemplo, es un compuesto premezclado natural a base de corcho que se caracteriza por sus excelentes propiedades técnicas. Los revoques de la línea Diathonite son versátiles y pueden utilizarse para aislamiento térmico y acústico, deshumidificación y rehabilitación de paredes, tanto interiores como exteriores.
También producimos soleras premezcladas a base de corcho para aislamiento térmico y acústico de techos ventilados, azoteas, pisos, balcones y terrazas. Son una solución eficaz para recrecidos ligeros y proporcionan un aislamiento térmico y acústico óptimo en estructuras horizontales o inclinadas.
La línea Bio-malta de Diasen, adecuada tanto para zonas sísmicas como no sísmicas, ofrece una alta conductividad térmica, permitiendo maximizar el rendimiento térmico de los materiales de construcción modernos y reduciendo en gran medida la dispersión térmica causada por la discontinuidad de los materiales.
Con nuestros productos, demostramos nuestro compromiso con el uso de materiales aislantes innovadores y sostenibles, como el corcho. El resultado son soluciones de alto rendimiento para el aislamiento térmico de pisos, que ayudan a crear entornos más confortables y energéticamente eficientes. Descubra ahora todos nuestros productos.